No es tu dulce mirada
ni esos ojos intensos
los que me encandilan
y a veces me dan miedo
de morir a sus encantos,
no son tus ojos, no ellos
los que me hacen decir
a cada instante te quiero.
No es tu sonrisa constante
con la que siempre me alegro
ni son tus costumbres locas
que al verlas me desespero;
ni tus labios, ni tu cuerpo
que por tenerlos me muero...
Lo que más me hace amarte
es mi corazón...solo eso.
En una nube blanca
ví tu cuerpo dibujado,
e ilusioné que venía
para estar a mi lado.
En una nube blanca
descubrí tu bella boca,
haciéndome una sonrisa
en una mueca loca.
En una nube blanca
inventé tus dulces manos
abrazando mi figura
para morir a tu encanto.
En una nube blanca
imaginé tus ojos bellos
que miraban con lujuria
disparando pícaros destellos.
En una nube blanca
dibujé tu corazón
que latiendo me decía
te adoro, mi gran amor.
Pude elegir quererte
como un amor pasajero,
un momento de pasión
solo fugaz y no sincero.
Pude quererte con límites
sin pasarme de la medida
de vivir una historia simple
que no me cause heridas.
Pude marcharme el día
que recién te conocía,
continuar viviendo sola
y olvidar lo que sentía.
Pude no enamorarme
de este hombre que tenía
una mirada profunda
y decir adiós ese día.
Pero te amo como nunca
pensé amar en la vida,
porque me aferré a tu amor
para siempre, vida mia.
Hoy estoy muy feliz.
Ayer al fin te conocí.
Fue algo maravilloso
lo que por dentro sentí.
¡Cuánta ternura junta!
¡cuánto mimo acumulado!.
Mostraste ser el caballero
que tanto había soñado.
Se me llenó de ilusiones
mi maltrecho corazón,
¿cuánto tiempo estará plagado
de tanta sincera pasión?
No importa lo que esto dure,
el hoy lo disfruto a pleno.
Quizás mañana no estés
pero hoy...hoy, por vos muero.
Te quiero nos repetimos
a lo largo del día,
te quiero y necesito
de vos, todavía.
Tengo miles de frases
que decirte con amor,
mas ésta es la importante:
Y si, te amo!! Mi señor.
Me enseñaste a quererte,
a extrañarte con pasión,
y me enseñaste a amarte
con todo el corazón.
Grito a los cuatro vientos:
te amo, mi muchacho encantado!!,
feliz estoy de tenerte
junto a mí, mi enamorado.
Como poder explicar
la dulzura que siento,
si el dulce que me das
me saca el aliento.
Dulce con tus palabras,
dulce con tu pasión,
dulce cuando me abrazas
y cuando te lleno de amor.
Si hasta siento dulce
tu sorpresa en la cara
cuando te digo te quiero
y no contestás nada.
Dulce cuando te beso,
y hasta al hacer el amor.
Dulce para decir hola
y también al decir adiós.
Y yo les puedo asegurar
que este dulce no empalaga,
alimenta todos mis días
y cada cosa que yo haga.
Mi querido corazón:
hace dias que quería escribirte.
Duró tan poco la ilusión
de por lo menos poder tenerte.
Sin ataduras, sin compromisos,
nos dijimos aquella vez.
Pero fue tan efímero
que ya casi me olvidé.
Tu sonrisa me enloquece,
tu boca es mi tentación,
tu timidez me desarma
y enciende toda la pasión.
¿Que te pasa, corazón?
¿Me das otra oportunidad?
Solo te pido que me digas
si lo harías una vez mas.
Ahora me voy despidiendo,
escribiendo lo que mi boca calló.
Te dejo un millón de besos.
Sinceramente, yo.
Desde hace un buen tiempo
andamos de charla en charla;
no sé como sucedió
ignoro como entraste en mi alma.
Encontraste justo el momento,
llegaste a robar mi calma.
Apareciste de golpe en mi vida,
lograste de mí una sonrisa,
buscás el momento oportuno
escribiendo dulzuras, sin prisa.
Reímos de nuestras pavadas,
tomamos mates virtuales;
o profundizamos en cosas
a la larga lacrimales...
Lamento esta confusión,
mas no quiero ahora perderte,
ideaste en mi, sin conocernos
razones para querer verte.
¡Olvidemos, porfi, lo ocurrido!
No debo llorar por quererte.
Tomemos solo un ratito
en el que podamos reflexionar
que queremos de nosotros:
una amistad o algo más.
Igual yo seguiré estando
en lo que pienses elegir,
razones yo te iré dando
ocurra lo que quieras decidir.
